Testimonios del Verano: Encuentro #TaizeSalleARLEP

Del verano nos quedan las experiencias para crecer.

Estos son los testimonios que nos ofrecen algunos de los participantes en el encuentro TaizéSalleARLEP

Laura Sanz (Animadora Salle Joven. Profesora de Ed. Infantil en el Colegio Ntra. Sra. de Lourdes, Valladolid)

Una semana en Taizé
Durante una semana de este mes de agosto varios jóvenes de La Salle nos hemos aventurado a vivir la experiencia de Taizé, una pequeña comunidad con mucha vida. Desde el primer momento los hermanos y voluntarios nos acogieron con mucho cariño, y durante esos días nos hemos contagiado de su ambiente, de su forma de vida y de su oración.
En Taizé se vive y se respira de otra manera, En Taizé convives durante una semana con más de 3000 personas de diferentes edades, países, culturas y confesiones religiosas.
En Taizé se vive La Paz, el respeto, el compartir vida y fe.
En Taizé Dios está presente.
Ha sido una semana de aprender mucho, de reflexión, de conocer otras culturas y otras formas de vivir a Dios. Creo que todos los que hemos ido nos traemos algo especial y es que ha sido una parada en el ajetreo de nuestras vidas donde hemos podido acercarnos un poco más a Dios y a los otros.

H. Josemi Fernández (Comunidad Barrio Girón, Valladolid. Delegado de Ed. en la Justicia en el Colegio Ntra. Sra. Lourdes, Valladolid)

La experiencia de Taizé es en primer lugar una oportunidad de compartir lo nuclear del cristianismo con personas muy diferentes, provenientes de otros países y confesiones cristianas. Pero es, ante todo, un modo de rezar y acercarse a Dios escuchando su Palabra y orando con sus conocidos cantos.

H. Álvaro. (Comunidad Institución La Salle, Madrid. Animador Salle Joven).

La experiencia de la común-unión

Durante una semana, 25 lasalianos, Hermanos y jóvenes, de La Salle Arlep hemos disfrutado de la rica experiencia que ofrece la comunidad de Taizé (Francia).

En Taizé nos reunimos con más de 3.000 jóvenes de muchos lugares de Europa y de distintas confesiones cristianas, con quienes compartimos las oraciones, las catequesis y los momentos de ocio.

Cuando estás allí sientes que es realmente Dios quien convoca a todas esas personas. Dialogar sobre el mensaje de Jesús y cómo lo ponemos en práctica en cada una de nuestras vidas, ayuda a que ahondemos más en nuestra relación personal con Dios y disfrutemos de los momentos de oración personal.

El Hermano Alois, prior de la Comunidad, invita a todos los jóvenes a vivir la “alegría que nunca se acaba”.

En Taizé descubrimos que el mensaje del amor y de la paz puede convertirse en realidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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